Un anciano indio describió una vez sus conflictos interiores:
– Dentro de mi existen dos cachorros. Uno de ellos es cruel y malo, y el otro es bueno y dócil. Los dos están siempre luchando…
Entonces le preguntaron cual de ellos era el que acabaría ganando.
El sabio indio guardó silencio un instante, y después de haber pensado unos segundos respondió:
– Aquel a quien yo alimente.
Debe ser cansador estar “siempre luchando”, no?